Las publicaciones llegaron a la Dirección Prevención de Delitos Rurales, que inició una investigación porque los cortes podían provenir de una faena clandestina. En ese marco, los efectivos se hicieron presentes en el comercio y comprobaron que carecía de todo tipo de habilitación y tenía precarias condiciones sanitarias. A través de una ventana se despachaba y entregaban a los compradores los productos cárnicos.
Por tal motivo, se aplicó la Ley Provincial de Carnes N° 7292 y se decomisó la mercadería. Se desconocía la procedencia de la carne y estaba en condiciones organolépticas no aptas para el consumo humano, contaminadas con pasto y tierra. Los distintos cortes fueron desnaturalizados.